Me he animado a hacer este post, porque muchas de vosotras estáis en esta maravillosa etapa de crecimiento laboral y académico. En realidad, nunca se deja de aprender, ni en la vida profesional ni en la personal, por supuesto.
A menudo pensamos que la única manera de aprender que tenemos es estudiar, apuntarnos a cursos continuamente y que nuestra postura sea la de escuchar a un ponente experto, leyendo libros sin parar, tomar apuntes de una conferencia en un congreso… Esto es fruto de una educación reglada a la que todos hemos accedido y de la que, también, tenemos que estar agradecidos de haber transitado. Sin embargo, esta no es la única ni probablemente la mejor manera de aprender en todos los casos. Si eres de esos logopedas que te preocupa aprobar un examen y para ello intentas memorizar autores, referencias, citas, frases, nombre de valoraciones, nombre de tests, nombres de metodologías…y con el mínimo de esfuerzo, este no es tu post. Aquí vamos a ver cómo el pensamiento reflexivo es una herramienta muy útil para la vida y para aprender, que no es lo mismo que memorizar.
Lo primero que vamos a averiguar es… ¿Qué es el pensamiento reflexivo y cómo lo puedes usar siendo logopeda en formación?
La reflexión personal es fundamental para tratar de averiguar qué salió bien o qué salió mal y porqué, después de cualquier evento. Reflexionar es una forma de autoaprendizaje. El caso más simple que podemos encontrar es cuando discutimos lo ocurrido con una amiga tomando un café o cuando comentamos la jugada con nuestra madre.
El propósito de la práctica reflexiva es ayudar a identificar lagunas de conocimientos y habilidades para poder saber qué debemos aprender, mejorar y practicar.
La escritura reflexiva tiene el mismo objetivo, solo qué en vez de discutir con amigos y familia, lo hacemos creando un escrito. Estas son las reglas básicas de la escritura reflexiva:
- Escribir sobre uno mismo.
- Escribir en primera persona.
- Escribir con honestidad.
¿Cuál sería una buena posible estructura para escritura reflexiva? Te propongo una que podría ayudarte:
- Pensar en la situación.
- Describir la situación.
- ¿Qué te hace sentir?
- ¿De qué o quién se necesita ayuda?
- ¿Qué te gustaría cambiar?
- ¿Qué no sucedió y te gustaría que sucediera?
- ¿Qué habilidades son necesarias para lograr esto?
- ¿Qué has aprendido?
También podemos hacer un buen análisis de eventos significativos para nosotros. Esta reflexión puede llevarse a cabo en colaboración (imagínate, con tu equipo profesional de distintas áreas o con otras compañeras logopedas ¡enriquecimiento máximo!) o de manera individual para las experiencias tanto negativas como positivas.
Esto sería un ejemplo de un posible pensamiento reflexivo:
Elijo un evento, por ejemplo, una consulta de logopedia, una cita con un paciente, sobre el que quiero reflexionar.
- ¿Qué pasó?
- ¿Qué es lo que ha salido bien?
- ¿Qué ha salido mal?
- ¿Qué podría haber salido mejor?
- ¿Qué podría haber hecho una diferencia?
- Crear una lista de lo que la mejora podría haber hecho y ver si es realista y que implicaría.
- ¿Qué has aprendido?
Uno de los mejores sistemas para mejorar las competencias profesionales y personales es la “escritura reflexiva”.
Asimismo, el Royal College of Speech and Language Therapists (RCSLT) – el colegio profesional de logopedas a nivel nacional en Inglaterra – presenta el sistema para escribir un Plan de Desarrollo Personal (PDP). Este puede ser utilizado por todo tipo de profesionales en todas las etapas de su carrera.
El PDP se basa en un registro de las necesidades de aprendizaje para cada año así, se planifica el CPD que se desea realizar durante el próximo año y luego se puede volver a revisar sus planes.
PDP no es estático, puede evolucionar, cambiar y adaptarse debido a los acontecimientos, imprevistos o nuevas oportunidades y también existe la posibilidad de que se desee revisar las metas.
Entonces, como ves un PDP es una herramienta muy útil a la hora de alcanzar tus objetivos y mejora del conocimiento. Te dejo algunas preguntas que te pueden ayudar a completar tu PDP:
- La identificación de tus necesidades de aprendizaje ¿Qué cosas hago bien?, ¿Cuáles hago mal?, ¿en qué puedo mejorar?
- Identificar como pueden ser sus necesidades: ¿Qué habilidades me faltan?, ¿Qué “compañeros” necesito? ¿Qué circunstancias se necesitan?
- Identificar por qué tienes esa necesidad, cuál es la razón que está detrás de ella, ¿por qué hago esto o por qué quiero conseguir aquello?
- La identificación de sus objetivos de aprendizaje: ¿Qué quiero ser capaz de hacer de manera diferente?
- Evaluación del aprendizaje: ¿Cómo he aplicado este aprendizaje en mi práctica?, ¿puedo identificar un cambio en mi conocimiento, habilidades, actitudes o valores?
- Identificar una nueva necesidad de aprendizaje o cambiar el que empezó.
¿Qué te parece esta forma de aprendizaje? Cuéntame .
Como ves, se basa en la reflexión y en la experiencia por lo que es una herramienta totalmente a medida de cada individuo. Es algo que muchas veces hacemos de forma natural en nuestro día a día, pero que podemos aplicar en todos los ámbitos de nuestra vida, incluido en el ámbito profesional y académico.
En La Academia utilizo este modelo de aprendizaje y por eso también mis formaciones cambian cada año. Si te gustaría conocer más sobre las formaciones que organizo e imparto, haz clic aquí.
